Majestad Silente

 

En el ala lejana de la expectante angustia
moran las esferas que todo circundan
las batientes palabras del impulsor de las huestes
esas extrañas voces que todo lo perpetúan.
a los pies de la montaña plateada
el señor de las aves va envejeciendo
en su estancia de piedra habita la paz
la última y sempiterna epopeya
el reposo de la flauta dulce
la majestad obnubilante del sonido del órgano.

Así vamos bajando los senderos
a la sombras de los panales de la mañana
un cúmulo de estrellas aguardan el devenir
y como los cantos medioevales disuelven las sensaciones.
aferrado a las aguas tibias de esta fuente
he sabido de los caminos de cristal
de las palabras soñadas y anheladas del mar
lejano e cambiante mar de los sueños inmutables.

En todo derredor como una vieja llama
me han llenado las fuentes de la palabra
como el aire que sustenta mi vuelo,
así como la altura desde donde miro
a los pies las viejas chozas de los hombres
y escucho el cantar mágico de las muchedumbres
y admiro el talento de los tiempos.

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